Que tal Tadeo, saludos a todos también.
Como sabrás he estado con mucho trabajo y me está costando trabajo poder despegarme a tiempo los jueves ya que a veces salgo a las 7 o un poco más tarde y ya no me da tiempo pero estoy siguiendo aún con más gusto las reseñas que nos envías que como bien ya comentaron, recuerdan mucho a las reseñas de Cyrano de Bergerac, tanto más cuanto que están llenas de una emoción que sólo quienes hemos tenido oportunidad de probar la esgrima y particularmente la esgrima clásica y/o histórica podemos llegar a sentir.
Les envío un fragmento pequeñísimo de lo que es, a mi parecer muy subjetivo, parcial y convenenciero, una de las mejores novelas de la época romántica que además tiene deliciosos pasajes esgrimísticos. Si alguien adivina el nombre de la novela (sin tener que recurrir a Google), mis más sinceras felicitaciones. Erika, tú no juegas.:
“…Maurevert, sin decir palabra, se arrojó contra él, pero retrocedió dando un grito de dolor y rabia.
Como ya hemos dicho, el caballero había desenvainado su espada con el movimiento rápido que hacía silbar a Granizo en su mano. La hoja describió un semicírculo brillante y cayó de plano, como un látigo de acero sobre la mejilla de Maurevert…
… - Ya que queréis que sea en seguida, no me opongo. Pero, ¡por Pilatos! ¿Qué diría mi señor padre al verme aquí? Con seguridad me regañaría. ¡Ah, señores! ¡Siento en el alma que me haya sido preciso desobedecerlo al daros esta estocada!...”
René Alvarez